Ejercicios de Kegel. Que son y cómo hacerlos
La incontinencia urinaria es un problema presente en muchos hombres y mujeres. A menudo, se presenta con la vejez, aunque también se puede presentar luego de cirugías ginecológicas, cirugía de la próstata, luego del parto o embarazo e incluso con el aumento de peso.
Los ejercicios de Kegel, nos permiten trabajar estos problemas, incluyendo además el tratamiento para los problemas de control intestinal.
¿Qué son los ejercicios de Kegel y para qué sirven?
Los ejercicios de Kegel fortalecen los músculos debajo del útero, la vejiga y el intestino grueso, permitiendo así el evitar y tratar la incontinencia urinaria y otros problemas del suelo pélvico.
Pese a lo útiles que son, no requieren de gran entrenamiento, pueden ser realizados por cualquier persona, sin importar su edad o condición física.
¿Para quién son los ejercicios de Kegel?
No existe una edad mínima o máxima para empezar a ejercitar los músculos debajo de la vejiga. Es más, no necesariamente tienes que sufrir de incontinencia urinaria para empezar a aplicarlos.
Al igual que pasa con cualquier músculo, mientras más lo ejercitas, más fácil es usarlo, por lo que previenes problemas a largo plazo.
Sin embargo, existen algunas situaciones específicas en las cuales realizar estos ejercicios te podría venir bien. Por ejemplo:
· Si se te escapan algunas gotas de orina al toser, reír o estornudar
· Si tienes fuertes ganas de orinar justo luego de soltar una gran cantidad de orina
· Cuando no puedas contener las heces
Cómo hacer los ejercicios de Kegel
Veamos de forma detallada, cómo hacer los ejercicios de Kegel, paso a paso:
1.- Identifica los músculos correctos
La manera más sencilla de encontrar los músculos que vamos a utilizar, será ir al baño a orinar. Lo que haremos será liberar la orina y cortar el flujo de orina apretando los músculos.
Repite este proceso varias veces hasta que alcances a identificar los músculos correctamente.
2.- Practica
Ahora, lo que haremos será lo siguiente: Siéntate y aprieta los músculos que has usado en el paso anterior. Asegúrate de no estar apretando los glúteos, mucho menos el abdomen.
Aprieta los músculos por 5 segundos sin contener la respiración. Sigue respirando normalmente hasta que pase el tiempo, luego libera.
Una variante, puede ser, que, en vez de apretar por unos segundos, realices repeticiones de apretar dicho músculo.
3.-Perfecciona la técnica
Más vale la calidad que la cantidad, así que, para perfeccionar nuestra técnica, lo que haremos será imaginar que apretamos algo con los músculos del ano, sosteniéndolo por hasta 5 segundos.
Recuerda no contener la respiración y tampoco flexionar muslos, glúteos ni abdomen.
Si aplicas esta técnica, en semanas o un par de meses, podrás empezar a ver los resultados. Repite esto a diario, entre 15 a 10 repeticiones.